El cemento pulido experimentó su asentamiento y expansión como acabado de pavimento a finales del siglo XX. En un principio pensado como pavimento para establecimientos comerciales, espacios industriales y oficinas, no fue hasta finales del siglo XX cuando vivió su momento de esplendor gracias a la repoblación de edificios industriales convertidos en lofts, apartamentos diáfanos, en Estados Unidos. El momento álgido de este revestimiento aportaba, y sigue haciéndolo a día de hoy, un ambiente contemporáneo e industrial.
Las características del cemento pulido le convierten en un material versátil capaz de desarrollar una extraordinaria adherencia y transpirabilidad en las superficies donde sea aplicado. En la práctica, su espesor de entre 2 mm y 4 mm y su poder de resistencia le permiten ser empleado en cualquier tipo de soporte tales como hormigón, madera, azulejos o suelos embaldosados, además de su ambivalencia para colocarse en interior o exterior.
Fotografía de Decopint
El cemento pulido requiere de una aplicación profesional para que el acabado luzca en su máximo esplendor. Dependiendo de la superficie previa, se distribuye de forma manual, con una llana y posteriormente se logra su brillo gracias a una herramienta pulidora específica para ello. La protección del cemento pulido a posteriori se lleva a cabo con una cera o barniz especial que perdura el acabado y posibilita un mantenimiento más fácil.
Fotografía de Decopint
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La tecnología ha permitido al cemento pulido evolucionar innovando en las técnicas y materiales. Con anterioridad sólo era posible conseguir aspecto liso, mate o estucado, en cambio, en la actualidad la inclusión de texturas y contrastes variados hace al acabado incluso más interesante. Así, con el tiempo, el cemento pulido ha prescindido de las juntas de dilatación necesarias y evita grietas y fisuras.
En el apartado tendencias, el desarrollo del cemento pulido lo ha elevado del suelo a apropiarse de paredes, encimeras de cocina, baños, piscinas o terrazas, consiguiendo un binomio de diseño con el acero inoxidable y la decoración minimalista.
Fotografía de Decopint
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